miércoles, 5 de diciembre de 2018

El vicio de la teta


El otro día no pude sentirme más identificada  con este artículo tan interesante de la página de criar con sentido común  y por eso me encantaría compartirlo con todos vosotros, y no es otro que el del vicio de la teta.

El vicio de la teta

"Nuestra lactancia es nuestra, y solo nuestra
Me dicen que esto es vicio, que no es bueno para ti, porque lo necesitas… tanto.
Porque es lo primero que buscas por la mañana al despertar, y lo último que haces cada día cuando llega la noche.
Porque cuando estás triste, te consuelas en mi pecho. 
Cuando tienes miedo, encuentras la seguridad y la calma, y cuando estás contento y alegre, compartimos ese momento juntos, piel con piel, en contacto, con nuestras miradas cruzándose y nuestras sonrisas dibujándose.


Hay quien piensa que será para siempre. Que nunca acabará. Que crecerás, pero seguirás apegado a mí. Apegado al pecho, y necesitando (me, nos) por largo tiempo. Pero yo sé que no. Sé que estos años de apego y contacto te harán más fuerte. Más seguro de ti mismo, con más autoestima y seguridad. Sé que te aporto la tranquilidad de saber que estoy ahí. Que siempre lo estaré. Y también sé, que llegará el día en el que esos momentos juntos, aferrado a mi pecho, irán espaciándose poco a poco. Que los necesitarás cada vez menos. Y que algún día, poco a poco, dejarás de hacerlo. Todo eso lo sé.
Pero no todos lo saben, no. Y en lugar de respetar nuestra elección, nuestra forma de vida, de crianza, nos juzgan sin conocimiento, pretendiendo igualar nuestra unión a una relación tóxica. Que es vicio, que eso no es bueno, ni sano. Que es una adicción. Una relación dañina y perjudicial. Que ya eres ‘mayor’ para eso.
¿De verdad pensáis que alguien es mayor para el amor y el afecto?
¿De verdad pensáis que es vicio ofrecer consuelo ante el dolor, miedo o desazón? Pues eso es algo que seguiré haciendo, siempre.
Toda la vida.
Ahora con la teta, de forma instintiva, automática.
 Después, con abrazos, caricias y besos.
El amor de una madre está ahí siempre. Y no es vicio necesitarlo.
Al revés, es lo normal, lo natural.
No, nuestra lactancia no durará siempre, por mucho que me empeñe. Por mucho que me gustara, no será así. Por eso, déjame que lo disfrute, que lo disfrutemos los dos. Ese momento juntos, de conexión pura y especial. Ese momento único que nadie podrá entender, sólo nosotros.

No nos juzgues.
No preguntes.
No te metas.
No nos hagas comentarios que hacen daño. No hagas sentir mal a mi hijo por algo que adora y que es totalmente natural y humano.
Respeta nuestra elección.
Porque nuestra lactancia durará el tiempo que nosotros queramos, y no el que los demás consideren adecuado. "

Lo único que puedo aportar a este texto es AMÉN  ya que estoy tan de acuerdo, he vivido todo lo que en él se describe y  por desgracia lo seguirán viviendo muchas más. Algún día llegará la hora de que la gente deje de apuntar con él dedo acusador y las críticas destructivas den paso a la simple y mera expectación. Algún día...

Sin mucho más que decir .... 


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